Tal como lo ha leído, uno a uno, olvídese de los viejos salones atestados de personas sentados en pupitres con un solo profesor, conviviendo niños y adolescentes con adultos. La forma de aprendizaje, tanto de uno como los otros es totalmente diferente: al adulto lo afecta mucho el miedo escénico, producto de hablar en un salón atestado de personas.
Resultados: abulia y deserción.
Al ser nuestras clases personalizadas con instructores debidamente acreditados, el aprendizaje se vuelve más exquisito, amigable, cálido y efectivo. Así lo han definido nuestros propios alumnos, en los testimoniales.
El adulto logra romper el hielo y vencer el miedo escénico, familiarizándose con el idioma de una manera rápida y funcional, adaptándose a su propio ritmo de aprendizaje.